Javier López Aguado Jagou...
A nuestros reinos, los separaba el temido abismo que, a los 8 años, era el arroyo vehicular.
Mas de una vez, lo habré retado desde mi
territorio, con una espada de papel periódico en la mano... Pero él pasaba veloz
y burlón, montado en una bici.
La vergüenza de ya no tener edad para ello, me
impedía sacar a la calle mi triciclo de antaño y lanzarme en su
persecución.
De cualquier modo, no me era permitido ir mas allá
de la casa del boxer, a la mitad de la cuadra, así que aunque hubiera tenido un
vehículo mas apropiado, jamás le habría dado alcance.
Esta frontera impuesta por mi madre a mis expediciones, acrecentaba mi enojo: si, él podía pasearse enfrente de mi con su su imperturbable desenfado y yo en cambio, no podía asomarme a ver donde vivía.
Para colmo, mi
territorio era mucho mas próspero que el suyo, en mis tierras estaban la
cremería, la juguería, la reparadora de calzado y las dos recauderías,
por ende, todas las golosinas y refrescos. De modo que eran frecuentes
sus incursiones en mi imperio. El enojo crecía, pero mucho más, la
curiosidad.
Un Domingo, en el auto de mi padre y rumbo a casa de
mi abuela, nos detuvimos en la gasolinería, cosa nada frecuente, porque
mi padre gustaba de ir solo a alistar el coche y luego pasaba por
nosotros. Desde ahí pude verlo sentado frente a una de las muchas
puertas de madera que había en el edificio de la esquina, es ahí, pensé.
Pasaron
semanas antes de que me atreviera a traspasar mis límites para
constatar la teoría.
Poco a poco, cuando paseaba a mi perro, iba
conquistando nuevas plazas en mi cuadra, cada vez un poco mas.
En el
transcurrir de esos arrojos, conocí a algunas princesas, pero entonces
para mi, eso no tenía mayor valor, de hecho, me aburrían bastante sus
interminables charlas en torno a aquellos diminutos juegos de té, y era
mucho peor, cuando al mismo tiempo, peinaban a sus hijitas, como ellas
mismas les llamaban.
Ellas no sabían nada de lagartijas, de canicas, de
pelotas o de cualquier otra cosa de verdad interesante. Pero, lo mas
molesto, fue cuando empezaron a surgir risitas cada ves que el pasaba en
su bici por la acera de enfrente, saludando con los dos brazos tendidos
al cielo ¡Vaya alarde! Yo, que nunca había trepado a una bicicleta de
verdad, y este güero bien vestido, con su suéter y su chaleco de
estambre, haciendo reír a mis princesas. ¡Ya!
Tomé la correa de Darky y
corrí veloz hasta la esquina.
Ahí, el territorio mas prohibido entre los
que hubiera: la gasolinería... Imposible pisar esos terrenos.
Esa
noche lo decidí: al día siguiente iría hasta llegar a la gasolinería,
allí cruzaría el abismo y me plantaría ahí, hasta ver en donde vivía,
como si al conjurar esa curiosidad se fuera a resolver todo el asunto.
Inquieto,
bebí mi licuado de plátano y tomé la correa, juntos mi guardián y yo,
resolveríamos esto.
Seguí, sigiloso, mi plan, observaría alternadamente
las puertas verdes de aquel edificio, hasta verlo salir. Pero había un
problema, algo que resolver primero, algo de verdad en extremo riesgoso.
Al llegar a la estación de gasolina, me detuve invadido por el temor:
tendría que cruzar el abismo...
Eso era tanto o quizá mucho peor, que
pisar la esquina de mi cuadra.
Debo haber contado al menos 40 coches
antes de atreverme.
A decir verdad, fue mi perro el que tiró de la
correa al ver a una novia suya, pasar por la cera de enfrente. Entonces,
casi sin darme cuenta, ya estaba en el otro lado, pero el temor y la
duda me habían apartado del objetivo y cuando deje de mirar a ver si
alguien me había visto cruzar la calle, me di cuenta de que él ya estaba
allí.
Afortunadamente, lo que hacía, lo tenía tan absorto que no
notó ni mi indecisión, ni mi miedo, ni mi preocupación por ser
descubierto, ni siquiera mi presencia. Pude por eso, observar yo primero
y notar a su amigo.
¿Que es eso?
¿qué están haciendo?
¡Guau! Tenía que
ver eso de cerca, mi admiración borró al instante cualquier temor.
El y
su amigo, habían colocado una tabla sobre un par de ladrillos a manera
de rampa para saltar con la bicicleta, pero eso no era lo sorprendente,
lo había visto hacer a los amigos de mis hermanos mayores, lo
verdaderamente mágico era que lo hacían con la llanta trasera en llamas
¡Guau!
Con una botellita de plástico de aquellas que usaban las mamas
para esparcir el tinte de pelo, ellos rociaban alcohol sobre el
pavimento, luego, con un valor que me pasmó y un cerillo, le prendían
fuego.
Rápidamente, el otro corría con la bicicleta por encima de las
llamas y saltaba por la rampa: ¡Que padrote! Debo haber dicho esa
exclamación tan prohibida en mi casa, ya estando muy cerca, porque el "hola, él es Jorge y yo Felipe ¿tu como te llamas? " fue inmediato.
A
partir de ese maravilloso momento, imagen clara de lo que sería nuestra
entrañable niñez compartida, comenzó una amistad que nos llevaría,
muertos de la risa y ya en compañía de Jorge y otros dos, Pablo y
Oscar, a hacer cosas tales como ir de pesca al lago de Chapultepec,
hurtar cinco bicicletas o una bola de boliche para ver que tenía
adentro, viajar en los estribos de un tranvía para colarnos a ver una
película de adolescentes y adultos en el cine Gloria. O años mas tarde,
compartir alguna novia, hacer del boliche del barrio nuestra fuente de
ingresos, cuando pedir para el camión ya no era buena estrategia.
Llenar
de carteles algún cuarto de azotea para turnarnos el refresco, el
cigarro y alguna guitarra.
Así conocí y me hice amigo de Felipe
Fernandez Morante.
Así comenzó mi amistad con aquellos 4 amigos
queridísimos que un poco mas tarde y a inspiración, creo yo, que de
Pablo, nos auto-nombramos:
"Los chicos malos de la divina providencia"
Recuerdo,
entre infinidad de anécdotas:
El ingenio y rapidez mental de Pablo, la
habilidad innata para los deportes y la música de Jorge, la sensatez,
fraternidad y lealtad de Oscar y el carisma, liviandad y generosidad de
Felipe.
Una expresión común entre nosotros, los otros 4, era: Este güey tiene ángel.
Hoy 42 años mas tarde, me ha invitado a leer las
historias que recuerda de su Madre y de sus hijos y que ha publicado en
un par de Blogs.
Al leer lo que ahí cuenta, vuelvo a recordar lo mismo
sobre él y digo de nuevo: Este güey tiene ángel.
Javier López Aguado J
BIGOTON, DE VERDAD TENGO UN NUDO EN LA GARGANTA!
DE MIS OJOS SE HAN ESCAPADO YA ALGUNAS LAGRIMAS Y ES QUE NO ES PARA MENOS...
CREO Y CREEME, PORQUE MAS BIEN ESTOY SEGURO, QUE EN MI VIDA ALGUIEN ME HA HECHO SENTIR TAN BIEN COMO LO HAS HECHO TU CON ESTE BELLO RELATO...
ME CONMUEVE HASTA LA MEDULA, SABER QUE ME TIENES EN TAL APRECIO, QUE DICHO SEA DE PASO Y NO POR ESTE RELATO, SABES QUE ES RECIPROCO.
SABES TAMBIEN QUE NO SOY DE MEDIAS TINTAS Y LO QUE AHORA TE DIGO, LO HAGO CON EL CORAZON EN LA MANO Y LO HE ESCRITO TODO EN MAYUSCULAS, PORQUE QUIERO GRITARLO!
ME HAS HECHO EMOCIONARME COMO HACE TANTO TIEMPO QUE NO ME EMOCIONABA, ME HAS HECHO RECORDAR TANTAS COSAS QUE YA NO RECORDABA Y ME HAS HECHO SENTIR ALGO QUE HACE TIEMPO YA NO SENTIA....
GRACIAS, INFINITAMENTE GRACIAS AMIGO!
Sergio López Aguado Jagou
A No... a mi no me dejas picado.....SIGUELE! no hay que ser, que si hemos de llorar pos que caray, seria solo de nostalgia y alegria, qe es algo que en estos tiempos y gracias los "CHICOS MALOS" nunca nos hizo falta... Toda la infancia fue buena, pero la mia la hicieron super CHINGONA...
Perdón por mi florido francés pero en mi diccionario no encontré nada mas descriptivo y apegado a mi sentir!
Gracias "CHICOS MALOS"
Sergio López Aguado Jagou
A No... a mi no me dejas picado.....SIGUELE! no hay que ser, que si hemos de llorar pos que caray, seria solo de nostalgia y alegria, qe es algo que en estos tiempos y gracias los "CHICOS MALOS" nunca nos hizo falta... Toda la infancia fue buena, pero la mia la hicieron super CHINGONA...
Perdón por mi florido francés pero en mi diccionario no encontré nada mas descriptivo y apegado a mi sentir!
Gracias "CHICOS MALOS"
Sergio López Aguado Jagou
Desde luego que me tomaré el tiempo para escribir algunos recuerdos de nuestra niñez que , como ambos manifiestan, creo que fué lo más chingón que nos ha podido pasar...
Me tome la libertad de incluir en esta entrega, las fotografías que tengo de esa banda llamada:
"Los Chicos Malos de la Divina Providencia"
Desde luego no son de la epoca y bueno que mejor manera de mostrar que no es lo mismo los 3 mosqueteros, que algunos años despues....
Felipe Fernández Morante Pablo Hernández Arizmendí
Oscar Alejandro Fernández Tenorio y Javier López Aguado Jagou
Jorge García Moises....
Mejor conocido como
"El Oso"
ESTA HISTORIA CONTINUARÁ.....
Y como lo prometido es deuda, continuamos la zaga con un bello recuerdo de Oscarepecha hijo de la rechingoitia, quien a su más puro estilo, nos relata un hecho netamente fortuito, pero que, debido a nuestra mala reputación (misma que nos ganamos a pulso) hace, crea o da a entender parte de nuestra incipiente maldad...
Aquella maldad que en aquellos tiempos nos hizo acreedores a el bello titulo de:
"Los chicos malos de la divina providencia"
Mis queridisimos y barbajanes
Chicos Malos de la Divina Providencia"
Chicos Malos de la Divina Providencia"
Heme aquí con el mismísimo padre Maciel ungiendo su Fé al pobre e inocente Rolandito el mismo a quien el que esta lado y ustedes trío de Cabrones le hicimos pasar cual vil ruleta rusa una lagartija por el
arco del Triunfo y los huevitos que en esa época no muy alejada a la de la foto nos Pintó cremas y no recuerdo que
se haya vuelto a juntar con ustedes plebe!
Mi queridísimo Felipunk puedes subir este a tu Blog.
Como siempre un orgasmo de placer intercambiar tan gratos recuerdos,
Love & Kisses, los amo 1000,,,,
Oscar Alejandro Fernández Tenorio
Oscar, ahora que leo tu bello relato, desde luego recuerdo ese día como si hubiera sido ayer....
El primo Rolando nos visitaba los sábados que
lo traía nuestro querido Tío Rolando, toda vez que él rodeado de sus 5
hermanas, requería del importante roce masculino para evitar posibles
desviaciones en el futuro...
Recuerdo ese día perfectamente y nuestro único
pecado, fue el tirarnos al suelo de la risa, al ver al "pobre
Rolandito" brincando y danzando como si de un ritual indio se tratara,
desesperado gritando y prácticamente llorando, espantado por el pánico
que le provocaba el caminar (estoy cierto que también desesperado) de aquella
inocente lagartija que en el ánimo de huir de un grupo de niños desmadrozos que
habíamos invadido su árbol, cometió el tremendo error de entrar por la parte
baja del pantalón de Rolando, intentando escapar, sin darse cuenta que había
quedado atrapada entre los pantalones, las piernas y los calzones de Rolando
Ah que risa, ah que momento!
Gracias Oscar!
Me has hecho recordarlo y créeme que me he atacado
de la risa, tal como en aquel entonces habrá sucedido...
Estoy cierto que al Primo Rolando, le debe haber quedado tatuada este infortunado inscidente....
Y sí, tienes razón, derivado de tan grave falta (el
reírnos de la desgracia del primo) perdimos su amistad, por el resto del día y
por toda una semana que no nos vimos (solo nos veíamos los sábados ya que el vivía
en otra colonia) y que el sábado siguiente y gracias a los Pancakes de tu
querida madre, pudimos recuperar....
A pesar de ser esta una bella historia, y que el
Primo Rolando en aquellas épocas nos frecuentaba, desafortunadamente, no
alcanzo él mismo a formar parte de tan legendaria leyenda, toda vez que
"Los Chicos Malos de la Divina Providencia", surge algún tiempo después,
creo sin temor a equivocarme, que el titulo surgió justo después
de aquel incidente de las bicicletas que El Bigotón incluye en su bello
relato...
Haría falta que tanto Pablo como el Oso, nos honraran
con algún recuerdo de la época, estoy cierto que hay miles toda vez que éramos
una banda traviesa y que al pasar del tiempo, vivimos tantos momentos que bien
vale la pena recordar....
Saludos Felipe Fernández M
Y PARA QUE ESTO NO SE TERMINE AQUI.....
ESTA HISTORIA CONTI NUARA....
Mis amigos:
NUNCA ...estaré en medio de sus narraciones de días ....pasados.
Ahí están;;;ESTAREMOS...¡
Forever....quien nos los quita....?
Narraciones "casi lloro.. O... Lloro....?
Pues vean sus SALDOS.
LLORAMOS JUNTOS....
NO MANCH.....,,!!
Esta retórica de lo pasado.?.......
de verdad para que??...
Narremos un día de sus vidas futuras ...que haremos ...?
Ganemosle a lo que hará ,este mack Jackson ....antes.. Y su
"día en la vida" pero ...futura!,.
Vamos chiquitos malos!
NOS QUEREMOS VER.....?
SI REALMENTE SEGUIMOS....
Cada uno en lo suyo....
PRESERVAR.... mi consejo.
Obvio decir ...os AMO..,!...
Cada quien ...dentro de su trinchera ...
preservar preservar ...aqui esta mi instrumento
Para quien lo quiera tocar...ji ji ..hablo batería ...
Por lo pronto....
nadie me gana en el intento de procuración de preservar esta especie
...disque humana..uf if...
sigo intentando no no la XXI XXII nnngggmmm...@¿l.l?..
Hasta siempre!,,,
L.A.E. JORGE G. MOISÉS.
4 comentarios:
Amigo mio, desde aquellos entrañables días hasta el de hoy, mi noción de la amistad ha sido mas o menos la misma. Lo entendí de un modo simple y así he querido conservarlo. Esta mañana tu me reafirmas esa convicción. Se trata solo de esto: si el de enfrente patea hacia tus pies una lata, un trapo o una piedra pretendiendo que es una pelota, devuelvele el pase y no dejes nunca de hacerlo porque es una invitación a jugar la vida juntos. Gracias.
Cómo olvidar esos momentos felices en la Col. del Valle, son parte de la vida de cada uno de nosotros. Un fuerte abrazo. Con el relato del "Bigotón! vino a mi mente "Darky" el azote de los gatos del barrio.
Que bueno ver las fotos! Gracias de nuevo por regalarnos un rato ameno! Viene como anillo al dedo después de ver las noticias... Mejor los relatos de los buenos tiempos: alegran,emocionan, y recuerdan a todos que las cosas simples de la vida son tesoros de alegria.
¿Y luego? ¿Qué ya nadie va a publicar algo?
Publicar un comentario